ROMA, 17 May. 15 / 12:02 pm (ACI).- Esta semana dos agresiones de musulmanes contra católicos han causado alarma en Italia. En Ravenna, en el centro del país, jóvenes musulmanes hostigaron con insultos una procesión mariana de niños que se preparan para la Primera Comunión; mientras que en Terni, a una hora de Roma, una niña terminó hospitalizada por los golpes que le propinó un menor islámico que le exigía despojarse del crucifijo que llevaba en el cuello.
El primer incidente ocurrió el domingo 10 de mayo cuando los fieles de la parroquia de San Martino realizaron una procesión tradicional por el mes de María. Un grupo de jóvenes reunidos en la sede de la asociación musulmana Attadamun, enfrentó el paso del grupo con insultos y amenazas, asustando a los participantes, especialmente a los niños.
Tras el incidente, la alcaldesa Paola Pula se reunió con los líderes de la asociación islámica, quienes luego enviaron una carta de disculpas a los miembros de la parroquia.
“Lo sucedido si bien se refiere al comportamiento de algunos niños no es tolerable y no va a ser minusvalorado (…) Reiteramos nuestro esfuerzo por el respeto a toda sensibilidad y pertenencia religiosa y alentamos a que se proceda en la dirección positiva del diálogo y de la educación para el conocimiento recíproco en el respeto de las reglas de convivencia”, señaló Pula.
El segundo episodio, ocurrió el 14 de mayo en Terni donde un niño musulmán de 12 años de edad, golpeó repetidamente en el pecho a una compañera de clase por llevar un crucifijo en el cuello. El ataque hizo que la menor terminara hospitalizada, con contusiones en el tórax. La niña ha recibido 20 días de descanso médico y no quiere regresar a la escuela por temor a su agresor.
El incidente ocurrió luego que el atacante, que llegó de Senegal hace un mes y es inimputable por su edad, amenazara a la niña para que se quitara el crucifijo.
Malestar y polémica
Hace pocas semanas, 15 musulmanes de Senegal y Costa de Marfil fueron detenidos en Palermo por haber lanzado al mar a doce cristianos cuando emigraban hacia Europa en una patera que partió de Libia. Las víctimas fueron asesinadas por pronunciar oraciones cristianas durante una tormenta en altamar.