Noticia (California, EE.UU). Para muchos en el Medio Oriente, Mosab Hassan Yousef es un traidor. Y no solo por no haber seguido los pasos de su padre, el jeque Hassan Yousef, uno de los fundadores del grupo terrorista Hamas, ni por haber cambiado de dios (dejó a Alá por Jesucristo); sino también porque, aprovechando su estatus político y religioso, trabajó por diez años como espía para el Shin Bet, el servicio de seguridad interno israelí, entregando información secreta sobre los movimientos de Palestina contra Israel.
Para otros, y sobre todo en Occidente, Mosab es un héroe y un ejemplo de que, sea cual sea la circunstancia, siempre es posible esquivar la guerra y encontrar un camino de paz.
El hijo del fundador del grupo islamista Hamas llegará el miércoles (3 de septiembre) al país (Colombia) para dictar una conferencia sobre las causas y consecuencias del conflicto en el Medio Oriente y sus efectos en Occidente. A eso se dedica ahora, y también a predicar sobre Jesús y la paz.
Hace 15 años Mosab caminaba por las calles de la ciudad de Ramala (Cisjordania), con un fusil M16 al hombro, acompañando a su padre, el jeque, a reuniones secretas con figuras tan conocidas en Occidente como Yasser Arafat, y con oscuros terroristas que daban su vida en ataques suicidas, sin que nadie sospechara que él era un espía del enemigo. Hoy, según él mismo se lo contó a EL TIEMPO, se levanta todos los días muy temprano a montar en bicicleta cerca de su apartamento alquilado, en algún lugar de California (EE. UU.). "Yo decido todos los días vivir una vida normal", dice Mosab, de 34 años. "Viajé a los Estados Unidos el 2 de enero del 2001 con una visa turística, y después de 3 años logré conseguir el asilo". Mosab, quien no tiene escoltas, dice que su nuevo dios lo protege. Quizá también lo proteja el hecho de ser hijo del líder de Hamas, por el temor y respeto que infunde. No obstante, se reconoce como amenazado: "Tomé la decisión de vivir mi vida como una persona libre. Sé que hay amenazas contra mí, por quien soy, pero no soy una persona que vive con miedo".
Durante sus primeros años en EE. UU., Mosab se dedicó a escribir un libro, El hijo de Hamas, que hizo con ayuda del periodista estadounidense Ron Brackin, y que pronto estará disponible en Colombia. En él cuenta cómo se fundó el grupo, narra la historia de las dos Intifadas, desde dentro, y explica por qué decidió volverse cristiano. "Yo tuve que decidir entre el amor a la humanidad y una cultura de la violencia. Y elegí el amor, en lugar de quedarme en este ciclo violento, que hubiera podido ser mi fin".
Militantes de Hamas (tvperu.bog.pe) |
Nació en una de las familias islámicas más religiosas de Medio Oriente, es el hijo mayor de Sheikn Hassan Yousef y nieto de Sheikh Yousef Dawood, los dos, líderes religiosos del pueblo Al-Janiya, que se encuentra en la zona de Israel que la Biblia nombra como Judea y Samaria. "Como era el primogénito de un imán, mi infancia fue muy exigente, y no podía ser un niño como los demás. Tenían grandes expectativas para mí. Y cuando no cumplía sus expectativas, me pegaban. No importa lo que hiciera, nunca era suficiente".
En su libro, Mosab cuenta su real calvario -al fin y al cabo su familia lo amaba y respetaba (por lo menos hasta que se volvió cristiano)-, que empezó cuando tuvo que cargar con el peso de una guerra que no decidió vivir, una guerra que, para su familia, se inició desde el día en que su padre asistió a una reunión en Lebrón, en 1986, para fundar Hamas, considerado como terrorista por EE. UU. y la Unión Europea.
"Los hombres que estaban allí (siete, liderados por el jeque Ahmed Yassin) estaban dispuestos a luchar (...), y mi padre luego se convertiría en su líder más visible". Mosab ama a su padre, pero "no podía reconciliar mentalmente la bondad y el carácter de mi padre con su liderazgo en una organización que llevaba a cabo sangrientos ataques".
Alguna vez Mosab pensó en seguir los pasos de su padre, llegó a sentir odio contra los israelíes, por las persecuciones contra su familia y miles de palestinos que vivían en campos de refugiados en su propia tierra, en esa tierra invadida por los israelíes, a quienes el Corán comparaba con los cerdos y los monos.
Mosab era miembro de la organización estudiantil de Hamás en la Universidad de Birzeir, de Cisjordania, y ya estaba listo para empezar a luchar cuando fue arrestado por primera vez. En ese punto de su vida conocería el verdadero dolor. Fue recluido en el centro de detención del Complejo Ruso de Jerusalén, donde lo torturaron para que confesara los planes terroristas de su padre y el organigrama de Hamas. En medio de una tortura, un agente del Shin Bet lo abordó, le dio café y comida caliente y le propuso ser espía: "Me dijo 'trabajemos juntos y traigamos la paz a la gente', y le respondí: 'La paz llegará cuando cese la ocupación...'. 'No, Mosab, la paz llega a través de la gente que tiene la valentía de cambiar las cosas' ".
Mosab relata en su libro que "la idea original era ser doble agente, para ayudar a mi pueblo; pero cuando empecé a darme cuenta de esta guerra absurda mi forma de ver el mundo cambió". También influyó el cristianismo. Tuvo un encuentro casual con un turista británico que le compartió sobre Jesús. Mosab entró a un grupo de estudio bíblico en 1999, que lo llevó a salirse de Hamás y del Shin Bet.
"Manipulado por mentiras y guiado por el racismo, el odio y la sed de venganza, yo iba camino de convertirme en una de esas personas (un terrorista), pero encontré a Jesús. Alá no tenía problemas con el asesinato; de hecho, insistía en él; pero Jesús me llevó a unos principios mucho más elevados". "Me di cuenta de que los enemigos no lo eran por su nacionalidad, religión o color. Entendí que todos compartíamos los mismos enemigos comunes: la codicia, el orgullo y todas las malas ideas, y la oscuridad del diablo que vive en nuestro interior".
Pero esos nuevos principios humillaron a su familia en Cisjordania.Su padre lo desheredó: "La última vez que hablé con mi padre fue hace 2 años y medio, inmediatamente antes de publicar el libro que presentaré en Bogotá. Si pudiera verlo ahora, le diría que lo quiero mucho como padre. Y lo animaría a dejar atrás su odio, su venganza e ira, para elegir una vida de paz, tolerancia y perdón".
"La religión no es la solución" "He podido amar a los judíos", dice Mosab en su libro.
"Estaba en una prisión israelí cuando mis ojos se abrieron a la realidad del hecho de que los palestinos estaban tan oprimidos por sus propios líderes como lo estaban por Israel. Mientras sigamos buscando a nuestros enemigos fuera en vez de en nuestro interior, el problema del Medio Oriente no va a desaparecer. La religión no es la solución. Librarse de la opresión tampoco va a resolver las cosas. Pero cuento mi historia para hacerles saber que si yo -hijo de una organización terrorista, dedicada en cuerpo y alma a la extinción de Israel- he podio amar a los judíos, es que aún hay esperanza".
Hablará de paz en Bogotá (Colombia). Mosab dictará la conferencia 'Causa y consecuencias del conflicto en el Medio Oriente y sus efectos en Occidente', el miércoles 3 de octubre en el Hotel Tequendama.
Fuente:
Quintero, Jorge. "El hijo del fundador de Hamas ahora es cristiano." El Tiempo, 1 de octubre de 2012.
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