“¿El futuro de Egipto? En este momento no lo conoce nadie. Ni siquiera el
Presidente Morsi”. En el segundo aniversario de la Revolución, el 25 de enero de
2013, mientras se reciben noticias de nuevos enfrentamientos en las calles entre
la policía y los manifestantes contra el gobierno, el Obispo copto católico
Youhanna Golta describe a la Agencia Fides el delicado momento que vive el gran
país norte-africano. Según Anba Golta, “si el gobierno y los Hermanos Musulmanes
tratan de reprimir las manifestaciones de desacuerdo que se están celebrando en
estos días, volverá la pesadilla de la guerra civil a Egipto”
El Obispo Golta, en calidad de representante de
las Iglesias católicas presentes en Egipto, ha tomado parte en la Asamblea
Constituyente llamada a escribir una nueva Constitución. Hoy confirma a Fides
las razones que le han llevado a él y a otros representantes cristianos a
retirarse de ese organismo: “El trabajo comenzó bien, pero a un cierto punto se
hizo evidente que los Hermanos Musulmanes y los salafistas querían imponer una
Constitución islámica. Discutimos con sus líderes, pero no escuchaban razones.
Nos dimos cuenta de que nuestra función era sólo decorativa, y nos
fuimos”.
En los últimos días, los representantes
cristianos se han retirado oficialmente también del llamado “diálogo nacional”
convocado por el Presidente Morsi para tratar de volver a abrir los contactos
con los interlocutores sociales y los grupos de oposición. “Para dialogar -
señala Anba Youhanna – se necesita a alguien que sepa escuchar los argumentos de
otras personas. El Partido 'Egipto Fuerte', fundado por un antiguo exponente y
ex-miembro de los Hermanos Musulmanes, Abdel Moneim Abul Fotouh, también se ha
retirado del diálogo nacional. Nosotros nos mantenemos en contacto con los
representantes de la Universidad de Al-Azhar. Sólo una minoría del pueblo ha
apoyado con su voto el referéndum sobre la entrada en vigor de la nueva
Constitución”.
Para el Obispo Golta, el nudo de fondo a la
cuestión es la relación entre política y religión: “Quién quiere ser religioso,
no puede pretender obligar por ley a la gente a orar, a no beber alcohol y a
seguir todas las prácticas relacionadas con su religión. En los países árabes,
sólo si se separan la religión y la política se podrá tener democracia”.
Fuente : http://cristianosperseguidosayeryhoy.blogspot.com.es/
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