jueves, noviembre 07, 2013

Marruecos: cristianos perseguidos


EFE. Los miembros de la minoría cristiana marroquí se reúnen en secreto para leer juntos el Evangelio, pero saben que pende sobre ellos un artículo del Código Penal que los puede llevar tres años a prisión en un país donde abandonar el islam está prohibido. El joven Mohamed Al Biladi, de 31 años, se convirtió al cristianismo en 2006 convencido por unos programas que escuchaba en una radio cristiana, único medio de comunicación en una aldea, Ulad Amar (70 kilómetros al norte de Fez), donde en 2013 aún no es posible conectarse a Internet. 

A principios de septiembre, el cristiano Mohamed (que curiosamente no ha cambiado de nombre) fue arrestado en su pueblo, y en sólo 48 horas fue interrogado por la policía, enviado al juez, juzgado y condenado en primera instancia a dos años y medio de cárcel por "tratar de quebrantar la fe de un musulmán" "No es cierto: en mis siete años de cristiano nunca traté de convertir a nadie, yo no hago sino contestar a mis paisanos cuando me preguntan por qué me aparté del islam, pero nunca he regalado una Biblia ni promovido la conversión de nadie", explica, recién salido del tribunal. 

Tras pasar un mes preso, el juez decretó su libertad provisional y fijó un juicio en apelación, que esta semana fue aplazado hasta el 26 de diciembre para dar tiempo a la defensa a preparar su estrategia, pues un número creciente de abogados (más de una docena) se han presentado voluntarios para defender a Al Biladi de forma gratuita. 

El Código Penal marroquí es explícito: el artículo 220 condena a penas de seis meses a tres años a quien "emplee cualquier medio de seducción para quebrantar la fe de un musulmán o tratar de convertirlo a otra religión", pero se aplica con frecuencia sencillamente a los musulmanes que se convierten. A pesar de la ley, un número desconocido de musulmanes se han convertido por distintas vías y se reúnen clandestinamente algunos domingos en pisos anónimos de las grandes ciudades donde leen juntos los Evangelios en su versión árabe, como relata Mohamed sin querer dar detalles. 

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