La joven dijo estas palabras luego de la Misa celebrada el 17 de abril en el barrio de Suleimaniyah, habitado mayormente por cristianos y que durante esos días –junto a otras zonas cristianas-, sufrió fuertes ataques por parte de los grupos islámicos que se disputan la ciudad con las fuerzas del gobierno de Bashar al-Assad.
En comunicación con ACI Prensa, la Madre María de Nazaret relató desde Alepo que los bombardeos han dejado cientos de heridos y muchos muertos, con “familias que han perdido tres o cuatro miembros al mismo tiempo como consecuencias de los ataques” y “niños llorando por sus madres que yacen muertas debajo de los escombros”.
En ese sentido, destacó la conversación que tuvo “con una jovencita que es un verdadero testimonio de fe. Antes del diálogo, digamos que para el 17 de abril se habían pronunciado nuevas amenazas de ataques a barrios cristianos”. Esto hizo que la gente acudiera “a las iglesias en busca de refugio y protección”.
La conversación tuvo lugar la mañana de ese viernes, después de la Misa. En ese momento la Madre María de Nazaret preguntó a la adolescente cómo había pasado la noche. “Gracias a Dios, gracias a Dios. Cayeron algunos misiles, pero fue lejos de mi casa. Otras veces cayeron muchos y muy cerca”, señaló.
“¿Tienes miedo?”, le preguntó, y la joven, que hace unos años perdió a su madre, afirmó: “Si tengo que morir porque Dios lo quiere, eso es lo mejor que me puede pasar”.
“Ojala Dios no quiera que mueras ahora”, le insistió la religiosa.
La adolescente respondió: “Allá –en el cielo- estaremos mejor”. Luego, sonriendo en tono de broma, añadió: “Aquí no tenemos electricidad, no tenemos agua”, y poniéndose seria de nuevo, dijo con cierta solemnidad: “Allí tendremos la Luz de Dios, no necesitamos nada más”
Fuente www.aciprensa.com
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