El pasado 23 de septiembre de 2012, como cada domingo por la mañana, la catedral católica de Saint John, en Wunti, en el estado nigeriano de Bauchi, estaba llena de feligreses para la misa semanal, cuando un terrorista suicida se acercó a la entrada de la iglesia e hizo detonar un coche bomba, causando la muerte de al menos tres personas y más de 46 heridos.
“Es muy triste y chocante que a pesar de las medidas de seguridad se haya encontrado la manera de atacar a los fieles que acuden a la misa dominical” dice a Fides Mons. Ignatius Ayau Kaigama, Arzobispo de Jos y Presidente de la Conferencia Episcopal de Nigeria
Aunque nadie reclamó la autoría del atentado, la metodología empleada es la del grupo islamista violento Boko Haram, que desde 2009 ha matado a cientos de personas en Nigeria. A pesar de ello Mons. Kaigama dice: “Este último atentado es muy impactante, porque no se puede estar seguro de dónde, cuándo y cómo atacarán los terroristas. Ahora mismo me dirijo a un pueblo para encontrarme con los fieles, pero no sé si regresaré a casa, porque estas personas son tan malvadas que pueden hacer cualquier cosa. Pero tenemos que seguir con nuestras vidas y nuestro trabajo, y no dejarnos intimidar por la violencia. La vida sigue”
Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario