Los estudios de Ayuda a la Iglesia Necesitada y el Departamento de Estado norteamericano son los grandes elementos de juicio para elaborar un mapa de la persecución religiosa a cristianos en los países de mayoría islámica. En ellos se aportan datos concretos de persecuciones, encierros, quema de iglesias, cierre de escuelas e incluso asesinatos de misioneros y responsables diocesanos.
La fuerte y rápida implantación del Islam en el mundo se refleja en más de 1.300 millones de fieles. Cuarenta y cuatro estados se reconocen como musulmanes, y en muchos de ellos la práctica de otra confesión distinta al Islam aparece vetada. La libertad religiosa que se exige en los países occidentales no tiene reciprocidad en estados como Arabia Saudí, Yemen o Indonesia.
La «sharia» se impone
En Nigeria, la aplicación de la «sharia» en algunos estados está causando numerosos conflictos en los lugares donde los cristianos son minoría. Se observa una creciente imposición de la cultura y religión musulmanas, que no aceptan la presencia de lo cristiano. Somalia, Yemen, Eritrea o Egipto (donde siguen extendiéndose «graves problemas de discriminación, intolerancia y violación de los derechos humanos contra miembros de las religiones minoritarias») son otros de los estados africanos donde ser cristiano supone un auténtico riesgo. La violencia y el conflicto religioso es una constante en los países de Oriente Medio, excepción hecha de Jordania, donde se mantiene una exquisita libertad religiosa pese al creciente fundamentalismo en las zonas limítrofes con Irak.
«Los cristianos están desesperados, así que no es extraño que tantos se vayan del país. En sus corazones desean quedarse, pero la situación es tal que prefieren vivir fuera de Irak». Las palabras del obispo auxiliar de Bagdad, Andreas Abouna, confirman la dramática situación de los 750.000 cristianos que todavía viven en este país, asediados primero por Sadam Hussein y posteriormente por la ocupación y las milicias.
Desde el comienzo de la guerra, más de un millón de cristianos iraquíes han abandonado su territorio, huyendo mayoritariamente a Jordania o Kuwait, puesto que tras las otras fronteras de Irak (Irán, Siria, Arabia Saudí y Turquía) la presencia de seguidores de Cristo tampoco es bien recibida.
Fuente: http://www.eldiariomontanes.es/pg060528/prensa/noticias/Sociedad/200605/28/DMO-TEL-113.html
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