La Diócesis de Makurdi propuso a sus fieles rezar la siguiente oración para detener la violencia que azota a la región:
Oh Dios de todo consuelo que nunca abandonas a tus hijos
especialmente en este momento de necesidad.
Hace mucho cuando tus hijos clamaron por tu ayuda en Egipto
los liberaste de la esclavitud.
Cuando estaban rodeados de naciones hostiles en la Tierra Prometida
nuevamente los protegiste y les diste seguridad.
Nosotros tus hijos clamamos por tu ayuda y protección
en nuestro momento de persecución y tribulación.
Estamos tristes por la violencia y el baño de sangre que se da en nuestra tierra.
Nuestras granjas, casas y medios de subsistencia están siendo destruidos.
Nuestros hijos ya no van a la escuela y los enfermos no tienen quien vele por ellos.
No tenemos a quien acudir sino a Ti.
Señor, rezamos por tu misericordia y compasión.
Sé nuestro cobijo y refugio.
Danos buenos líderes.
Protege a nuestras familias, hogares, iglesias, pueblos y comunidades ante los invasores.
Danos paciencia, amor y corazones de perdón para no buscar venganza.
Restaura la seguridad y la paz en nuestros corazones, familias, diócesis, estado y país.
Para que todos tus hijos vivan en libertad, paz y felicidad.
Te pedimos esto por Cristo nuestro Señor. Amén.
Nuestra Señora de la paz. ¡Ruega por nosotros!
especialmente en este momento de necesidad.
Hace mucho cuando tus hijos clamaron por tu ayuda en Egipto
los liberaste de la esclavitud.
Cuando estaban rodeados de naciones hostiles en la Tierra Prometida
nuevamente los protegiste y les diste seguridad.
Nosotros tus hijos clamamos por tu ayuda y protección
en nuestro momento de persecución y tribulación.
Estamos tristes por la violencia y el baño de sangre que se da en nuestra tierra.
Nuestras granjas, casas y medios de subsistencia están siendo destruidos.
Nuestros hijos ya no van a la escuela y los enfermos no tienen quien vele por ellos.
No tenemos a quien acudir sino a Ti.
Señor, rezamos por tu misericordia y compasión.
Sé nuestro cobijo y refugio.
Danos buenos líderes.
Protege a nuestras familias, hogares, iglesias, pueblos y comunidades ante los invasores.
Danos paciencia, amor y corazones de perdón para no buscar venganza.
Restaura la seguridad y la paz en nuestros corazones, familias, diócesis, estado y país.
Para que todos tus hijos vivan en libertad, paz y felicidad.
Te pedimos esto por Cristo nuestro Señor. Amén.
Nuestra Señora de la paz. ¡Ruega por nosotros!
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