domingo, agosto 26, 2012

Ayuda a la Iglesia de Sudan

Sudán. Ayuda para los seminaristas
Los sacerdotes sudaneses saben lo que significa sufrir, pero no por los periódicos o la televisión, sino de primera mano, porque la Iglesia sudanesa atraviesa un sangriento vía crucis en Sudán. 

Los sacerdotes más jóvenes no conocen otra situación que la guerra y se han formado en las condiciones más difíciles que quepa imaginar. Toda una generación sólo ha conocido la violencia, la expulsión y la miseria. El país ha quedado marcado por casi 25 años de guerra civil, y sus heridas siguen sangrando a cinco años de la firma del acuerdo de paz. El triste balance son 2,5 millones de muertos, millones de refugiados y desplazados, e innumerables personas traumatizadas. 

Para los desplazados del sur que se han refugiado en Jartum para salvar al menos la vida, la Iglesia es la única ayuda. Los sacerdotes, que son demasiado pocos para hacer frente a la inmensa necesidad, los ayudan en todos los sentidos: con la pastoral, con ayudas materiales y con educación. Pero las almas de estos sacerdotes están tan malheridas como las de sus creyentes, y sus manos están vacías, porque carecen de todo. No obstante, Dios los ha llamado a ser pastores de este castigado rebaño.
 
Los cristianos sudaneses también son víctimas de la introducción de la ley islámica, que es válida para todos los habitantes del país. La sharía se aplica al derecho público y privado, y también a la educación. La islamización de la sociedad sudanesa es uno de los objetivos prioritarios de la política. En el norte, la situación de la Iglesia es cada vez más complicada, porque ahí los cristianos son objeto de una fuerte discriminación. 

No obstante, un dato alentador es que no se hayan registrado tras el referéndum sobre la independencia del sur de Sudán disturbios ni ataques contra los cristianos. Sin duda, la gran campaña de oración iniciada por los Obispos católicos antes del referéndum ha contribuido a ello. En el seminario mayor de San Pablo en Jartum, se preparan los futuros sacerdotes procedentes de todas las diócesis del país. 

El seminario comparte la suerte de la población, porque durante la guerra se ha visto obligado a mudarse de lugar en siete ocasiones. Pese a la difícil situación de los cristianos en Sudán –o precisamente por ello–, están surgiendo numerosas vocaciones sacerdotales. Para que los candidatos puedan poner a prueba su vocación y para prepararlos para los estudios y la vida en un seminario mayor, en Jartum se ofrecen cursos de orientación de un año. En estos cursos se transmiten conocimientos básicos de Teología, Filosofía y Psicología. Además, el plan de estudios incluye una introducción a la labor pastoral y evangelizadora, y clases de Inglés y Árabe. 

En la actualidad, 31 jóvenes asisten a este curso. Los jóvenes que ingresan en el seminario han nacido en tiempos de guerra y necesitan un buen tutelaje y una sólida formación para poder ayudar a los sudaneses y difundir la Buena Nueva de Jesucristo en estas condiciones. El curso preparatorio del seminario sienta una sólida base para su camino posterior. Por desgracia, sin nuestra ayuda el seminario no puede dar continuidad a este programa. 

Por esta razón, hemos decidido destinar 10.000 euros al pago de los salarios, la manutención de seminaristas y docentes, a la adquisición de un ordenador y a las restantes necesidades del seminario mayor. 
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