Pakistán; una familia cristiana esclava de un empresario musulmán por 30 años

 

El padre había pedido un préstamo para el matrimonio de la hija, pero con los intereses no pudo pagar la suma. Así, 26 personas trabajaron como esclavos modernos en una empresa

MAURO PIANTATURÍN

Vivieron más de 30 años como esclavos, prisioneros de un rico latifundista musulmán. Sucedió en Pakistán, en la ciudad de Rahim Yar Khan, un distrito de la provincia de Punjab, en donde una familia cristiana compuesta por 26 personas, incluidos mujeres y niños, se vio obligada a trabajar en la empresa del hombre que le había prestado dinero al “jefe” de la familia cristiana. Ese dinero no lo pudieron pagar a causa de los intereses (hasta el 500%) impuestos: por ello la obligación de trabajar como esclavos modernos para regresar la suma. Es caso, referido por la agencia misionaria AsiaNews, se resolvió gracias a las acciones de los católicos de la diócesis de Bahawalpur, que presentaron una denuncia ante la Suprema Corte.

 

 Todo empezó hace más de 30 años, cuando Zulfiquar Masih, cristiano de Rahim Yar Khan, pidió un préstamo para reunir el dinero suficiente para el matrimonio de su hija. La tasa de interés, usura pura, creció hasta tocar el 500%. Se volvió imposible pagar la deuda. Todo el núcleo familiar fue segregado por la fuerza en una prisión privada y tenía que trabajar para Basharat Alí Guloo, empresario agrícola musulmán y dueño de la empresa.

Fue decisiva la acción de la diócesis de Bahawalpur, que, mediante el padre Samuel Rafael, presentó una denuncia ante la Suprema Corte contra Basharat Alí. Solo entonces los jueces dispusieron la libertad de la familia.

 

Cuando la agencia de noticias AsiaNews lo entrevistó, el padre Rafael subrayó que «miles de trabajadores viven en condiciones de moderna esclavitud en todo el territorio de Pakistán». Y añadió que: «En la provincia de Sindh los hindúes, desde hace generaciones, se encuentran reducidos a la esclavitud moderna». Y concluyó que continuará a combatir contra la esclavitud.
Fuente:  http://vaticaninsider.lastampa.it/es/homepage/