Una explosión ha destruido por completo la iglesia y el convento de los Capuchinos en Deir Ezzor, Mesopotamia. La noticia ha llegado a la Agencia Fides a través del padre fray Tony Haddad, Vice-Provincial de los Frailes para el Cercano Oriente, que es el responsable de la presencia capuchina en el Líbano y Siria. La explosión ocurrió el 15 de abril (2013). Era la única iglesia en Deir Ezzor que aún permanecía casi intacta. Según algunos, en la iglesia había sido abierta una brecha, unos combatientes de la oposición se habían acostado allí y el ejército regular habría atacado la iglesia, destruyéndola. Otros hablan de un coche bomba colocado al lado de la estructura.
El p. Haddad comenta con gran amargura que en esa zona “ya no quedan cristianos”. En los últimos meses, dada la situación crítica, “nuestros dos hermanos frailes que vivían en el monasterio han dejado Deir Ezzor al igual que las Hermanas de la Madre Teresa y diez ancianos que vivían con nosotros. Ellos eran los últimos cristianos que quedaban.
Deir Ezzor es una ciudad en el este de Siria, más allá del Eufrates, entre Palmira y la frontera con Irak. “Nuestra presencia allí se remonta a los años treinta del siglo pasado, pero estamos en Oriente Medio desde hace mucho más tiempo”, explica el padre Tony. “En casi cuatro siglos de historia, nuestra Vice-Provincia ha sufrido varias destrucciones y persecuciones, pero siempre ha resucitado, con Cristo resucitado”.
Según la información de los activistas de la oposición siria, los aviones del ejército parecen haber bombardeado en los últimos días dos iglesias ortodoxas en Deir Ezzor y las familias cristianas han dejado la ciudad por la intensificación de los enfrentamientos entre el ejercito leal y las fuerzas de la oposición. La Iglesia Ortodoxa Siria afirma que sus iglesias han sido golpeadas en todas las provincias, en Harasta, Arbin, Zabadani, Deraa, Alepo, Damasco, Raqqa.
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