sábado, mayo 25, 2013

Iran


En las últimas semanas, las familias de un barrio sunita de Bagdad han recibido advertencias y amenazas del Ejército de Mukhtar, un nuevo grupo chiíta militante musulmán que está aterrorizando a la población civil para que se marchen de la zona. El grupo, que parece tener contactos con la Guardia Revolucionaria iraniana, tiene la intención de reavivar en el país las tensiones sectarias que estallaron después de la llegada de las tropas estadounidenses, y que han ido disminuyendo lentamente a partir del 2008, y quiere golpear, en particular, a los suníes y otras minorías religiosas (entre ellas los cristianos). Una ola de violencia tal podría deshacer los frágiles pasos que Iraq ha dado en los últimos años, a nivel político, económico y social.

La minoría suní de Irak ha realizado en repetidas ocasiones manifestaciones públicas, protestando por “la discriminación del gobierno en el poder”, mientras que los grupos extremistas suníes han aumentado los ataques a gran escala contra objetivos principalmente chiíes. Las fuerzas de seguridad iraquíes, que están presentes en distintos barrios de Bagdad, tratan de brindar seguridad a la población civil, pero muchos temen que el surja un auténtico conflicto confesional.

En esta situación, los cristianos iraquíes siguen siendo el eslabón más débil de la sociedad: oprimidos por el conflicto entre chiítas y sunitas, víctimas de los grupos terroristas que consideran a las minorías religiosas “huéspedes no deseados” en el país. Conscientes de las dificultades del momento y de los retos futuros, los líderes cristianos, y en particular el nuevo Patriarca caldeo, S. Exc. Mons. Louis Sako, piden a todos los ciudadanos que “renuncien a los intereses personales, partidistas, incluso religiosos y confesionales” y hacen un llamamiento a los representantes de la política, de la sociedad y de las comunidades religiosas, “para que trabajen por el bien de Iraq y por la la paz del pueblo iraquí”.

Fuente: http://www.fides.org/   

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