Daños graves a la iglesia, a la escuela y a la casa del obispo, que fue levemente herido: el atentado suicida que después de las elecciones en Pakistán, ha golpeado una estación de policía en Quetta, capital de la conflictiva provincia de Baluchistán, ha tenido graves repercusiones para la pequeña comunidad cristiana. Según lo informado a la Agencia Fides por la Iglesia local, el coche con 2.000 kilos de explosivos detonó la noche del 12 de mayo a las 10.45, causando ocho muertos y 97 heridos, dañando la estructura de la cercana Iglesia Católica, la oficina de Caritas, las escuelas y el convento de los Misioneros Oblatos de Maria Inmaculada (OMI). Las Escuelas católicas dirigidas por misioneros y monjas (el instituto san Francisco, la Escuela de San José y la Escuela del Sagrado Corazón) actualmente están cerradas y permanecerán inhabitables durante una semana, para eliminar los residuos y comprobar la fuerza del complejo de la escuela.
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