Mujeres afganas vestidas de riguroso negro y cargando con el ataúd. Lo que nunca se había visto en Afganistán, ocurrió este domingo en Kabul. Centenares de personas -mujeres y hombres- dieron sepultura este domingo en la capital afgana a los restos de Farkhunda, la joven de 27 años que fue linchada y quemada viva el pasado jueves por una turba de hombres enfurecidos, que la acusaban de haber prendido fuego a un ejemplar del Corán. Después se demostró que la mujer no quemó el libro sagrado del islam.
Un grupo de mujeres rompieron con la tradición en Afganistán y llevaron a cuestas el féretro para así protestar por la salvaje muerte de Farkhunda, que fue pateada, arrastrada por el suelo, brutalmente golpeada y atropellada por un coche en pleno centro de Kabul, ante la presencia de todo el mundo, incluida la policía afgana, que no hizo nada para evitar el linchamiento. Después los agresores tiraron el cuerpo al cauce del seco río Kabul, que pasa por la capital afgana, lo cubrieron con cartones y maderas, y le prendieron fuego, mientras decenas de curiosos miraban y tomaban fotos con sus teléfonos móviles.
"¡Hoy ha sido Karkhunda y mañana seremos nosotras!", gritaban decenas de mujeres con rabia y entres sollozos en el entierro. Nunca antes se había producido un acto de protesta tan multitudinario y tan emotivo en Kabul por la muerte de una mujer. "¡Queremos justicia, queremos justicia!", gritaban otras. "¿Qué religión dice que se puede quemar a una persona viva? Díganme, ¿cuál?", inquiría otra. En el sepelio también participaron muchos hombres, que formaron una cadena entre ellos, dándose las manos, para proteger a las mujeres que asistieron al funeral.
En otras ciudades del país también se realizaron actos de protesta. Por ejemplo en Mazar-e-Sharif, en el norte de Afganistán, una joven actriz representó el brutal linchamiento en una obra de teatro improvisada, a la que asistieron decenas de hombres y mujeres. Algunos jóvenes afganos también han protestado colocando en su foto de perfil de Facebook la imagen de Farkhunda con la cara totalmente ensangrentada, en el momento que fue linchada.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, que ahora se encuentra de viaje en Estados Unidos, condenó el asesinato y ha ordenado una investigación de lo ocurrido. Antes de partir a Washington, declaró que el incidente demuestra "un hecho fundamental, que la policía afgana está demasiado concentrada en combatir a los talibán, y no en ayudar a la ciudadanía. Sin embargo, las activistas afganas opinan que el problema de fondo es que las mujeres en Afganistán son tratadas como ciudadanas de segunda, o incluso como animales.
Fuente : http://www.elmundo.es/internacional/2015/03/22/550eee82ca474132418b457d.html
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