miércoles, octubre 04, 2017

Asi Bibi en Pakistan


Una mujer tiene sed, bebe, le dicen que ha contaminado el agua porque no es musulmana y tras una breve discusión es acusada de blasfemia y apaleada. Fue condenada a muerte. Así es la historia de Asia Bibi, una pakistaní de 41 años que espera una apelación a un juicio injusto en un país injusto, porque, "en Pakistán, aun peor que ser mujer es ser cristiana".
Trabajar el campo en Pakistán a 45 grados durante horas es duro. Cuando Asia Bibi paró un momento para descansar y beber agua de un pozo, una compañera le gritó que el agua era de las mujeres musulmanas y que la estaba contaminando. Asia Bibi es cristiana y sus explicaciones tienen poca defensa frente al fanatismo religioso. En un abrir y cerrar de ojos fue acusada de blasfemia, recibió una brutal paliza por parte de sus vecinos, fue encarcelada y un año después condenada a morir en la horca.

Han pasado casi tres años y todavía está a la espera de una apelación mientras malvive en una celda de dos metros por tres sin ventana en la que hace frío, hay goteras y no tiene baño ni las más mínimas condiciones de higiene. Asia Bibi puede morir asesinada en cualquier momento porque un mulá, en un país muy pobre y fanático, ha puesto precio a su cabeza. Su familia (marido y cinco hijos) ha tenido que huir del pueblo, amenazada por los extremistas. Además, dos hombres que quisieron ayudarla, el gobernador del Pendjab, musulmán, y el ministro de las Minorías, cristiano, han sido asesinados por defender su causa.

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